12 de junio de 2011

La UC se sirvió una once con Milo y galletas Costa

Universidad Católica  dio el primer golpe hacia el bicampeonato. Los dirigidos de Juan Antonio Pizzi derrotaron inapelablemente a la U por 2 a 0 en la final ida y están a un paso de la gloria. Tomás Costa y Milovan Mirosevic convirtieron las dianas cruzadas, que fueron gritadas con euforia por todos los hinchas franjeados. Felipe Seymour culminó la noche entre llantos, en un fiel reflejo del sentimiento azul tras la derrota.
Cuando los equipos ingresaron a la cancha, llamó la atención el enorme recibimiento que le dio la barra de Los de Abajo a la U. Como en antaño, con bengalas, banderas y fuegos de artificio, la hinchada laica recibió a su equipo que disputaba una final tras 2 años. En contrapartida, los de la UC quedaron al debe, sólo 6 mil fanáticos cruzados llegaron al Nacional, en un hecho que merece el calificativo de inaceptable considerando que se disputaba una final.
En lo estrictamente futbolístico, los azules comenzaron mejor. Ya a los 5 minutos tuvieron una clara chance de convertir, cuando un pase nefasto de Tomás Costa a Alfonso Parot en área cruzada, hizo perder el balón al zaguero. La recuperó Guillermo Marino, quien remató al arco, pero estuvo soberbio Cristopher Toselli para impedir los festejos.

Los momentos iniciales fueron muy tensos. El balón era rifado constantemente y pocos eran los jugadores que se atrevían a poner el balón sobre el piso. Pero la instrucción de Pizzi era precisa, pues durante los primeros 15 minutos la U sale a destruir a su rival con un vértigo tremendo, por lo que la intención fue destruir el juego de los laicos.
A pesar que tenía el balón, los ataques de la U se gestaron básicamente con centros al área buscando a Gustavo Canales. Primero fue Vargas y luego Castro, los que buscaron esta alternativa que no tuvo resultados. El minuto 41 marcó un antes y un después en el partido. Matías Rodríguez debió abandonar el campo por problemas físicos y Jorge Sampaoli ordenó el ingreso de Edson Puch en su lugar. Así, los azules quedaron con 4 delanteros en cancha, cuando el marcador estaba 0 a 0. ¿Qué necesidad tenía el estratega laico? Sus consecuencias se vieron en la segunda etapa.
Pizzi, el ajedrecista
Al igual que en la primera etapa, la U salió al gramado del Nacional con la firme convicción de conseguir un gol tempranero. Y estuvo cerca, pues Eduardo Vargas burló a Eluchans y Parot , antes de sacar un remate potente que se estrelló en el palo cuando Toselli estaba batido. La UC, por su parte, sólo atinaba a responder estos embates con la solvencia defensiva que entregaba un hombre que se llevó todas las miradas, el joven central Enzo Andía.
El golpe a la cátedra llegó en el minuto 58. Tomás Costa recuperó el balón antes de llegar al círculo central y desde ahí avanzó 60 metros sin que ningún jugador laico saliera a su paso. Cuando estaba cerca de llegar al área, Albert Acevedo intentó detenerlo, pero con un túnel el volante argentino burló al zaguero, para luego definir a un ángulo imposible para el golero Herrera. Con un golazo, la UC se ponía en ventaja inmerecidamente en el Nacional.

La U insinuó una reacción, pero siempre se encontró con Toselli, una muralla infranqueable en la noche del Nacional. Diego Rivarola tuvo el empate con un remate de media vuelta, pero nuevamente el golero se lució e impidió los festejos. Luego, Felipe Seymour le pegó de fuera del área y el balón se fue apenas desviado.

El conjunto laico se desesperó con el correr de los minutos. El estar con 4 delanteros en el campo fue innecesario, puesto que no tenían a alguien que los alimentara y sólo se molestaban unos con otros. La UC aprovechó los espacios dejados por los de Sampaoli en defensa y se generó múltiples chances de aumentar su diferencia. Así, lo que en un momento fue injusto con la apertura de la cuenta, pasaba a ser totalmente justificado.

La inesperada guinda de la torta llegó en los descuentos, cuando nuevamente Tomás Costa fue protagonista de la segunda diana cruzada. El “Flaco” envió un centro al corazón del área que encontró completamente solo a Milovan Mirosevic, quien con una palomita perfecta batió a Johnny Herrera y decretó el 2 a 0 definitivo para el cuadro cruzado. Era un triunfo que se logró de manera impensada, por lo sucedido en el campo, pero que demostró lo buen estratega que es Juan Antonio Pizzi Torroija.

La UC quedó a un paso de la gloria, con un pie a punto de gritar bicampeón por primera vez en su historia. La U, por su parte, llora una derrota que perdió en la lógica futbolística de Sampaoli, puesto que el salir a atacar constantemente no asegura buenos frutos si se defiende mal. La serie está casi sellada, sin embargo la revancha del domingo en el Nacional promete ser apretada y llena de emociones.

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