Columna: Las claras convicciones de Sampaoli
La llegada de Jorge Sampaoli supuso toda una revolución para la U. Los azules habían logrado buenos resultados en las temporadas anteriores bajo la tutela técnica de los uruguayos Sergio Markarián y Gerardo Pelusso, dos técnicos de un estilo muy distinto al del rosarino. Con el trasandino en la banca, la dirigencia laica optó por un estratega ofensivo, que ofreciera un fútbol vistoso y que no especulara con los resultados.
A mí, siempre me gustó Sampaoli. Desde que entrenó a Ohiggins y fue despedido entre insultos por malos resultados, lo consideré un técnico interesante que podía en algún momento dirigir un club grande en Chile. Por ese motivo, me encantó saber la noticia que firmaba en la U, pues podía impregnarle un estilo interesante a un club acostumbrado en las últimas temporadas a conseguir resultados a base de pragmatismo.
Sampaoli llegó golpeando la mesa, fiel a sus convicciones futbolísticas. No le tembló la mano para no considerar en su plantel a referentes como Rafael Olarra o Manuel Iturra y a eternas promesas como Ángel Rojas. Desde ese momento, cierta parte de la hinchada lo miró con cierto recelo y no engancharon con su propuesta.
Ya en los primeros duelos del Apertura fue toda una novedad ver a la U jugar con 3 delanteros y saliendo a ganar en todas las canchas. Hubo buenos y malos resultados. Se goléo a Cobreloa y a la U de Conce, se perdió en casa ante Santiago Morning y San Felipe. Sin embargo, Sampaoli tenía una convicción y a pesar de las criticas no echó pie atrás en su propuesta.
La Universidad de Chile evidenciaba problemas en defensa, pero salvo excepciones lógicas del fútbol-como que el rival juegue con 3 delanteros-mantuvo a raja tabla su línea de 3 en el bloque posterior. Acevedo, Abarca y José Rojas fueron sus zagueros predilectos, a pesar que la hinchada pedía a gritos a Matías Rodríguez y Marco González en la titularidad.
Vino el conflicto con Rivarola. Sampaoli incluso llegó a señalar públicamente que el mendocino "sólo estaba para 20 minutos", situación que generó molestia en la interna azul. Sin embargo, el rosarino demostró su gran manejo de camarín y resolvió este problema frente a frente conversando con "Gokú". Y lo cierto es que todo terminó bien, pues Rivarola le marcó a Huachipato y ambos terminaron abrazados festejando una victoria. El tiempo nuevamente le dio razón a las convicciones del DT, puesto que el atacante ha sido fundamental a lo largo de la campaña convirtiendo goles importantes y siempre ingresando desde el banco.
Edson Puch fichó en un club del fútbol de Emiratos Árabes y se evidenció una baja considerable en su rendimiento. A pesar de ser hasta ese momento el goleador del campeonato, Sampaoli decidió relegarlo a la banca de suplentes en los Play Off. Su lugar lo ocupó el joven Francisco Castro, quien a punta de buenas actuaciones partido a partido le da la razón de su titularidad al estratega.
Ese es el discípulo de Bielsa. Un hombre que al igual que su mentor, tiene sus convicciones muy claras y no las tranza por nada.No dudó en sacar de su plantel a los referentes, en dejar en el banco al ídolo Diego Rivarola, en mantener fijos en su defensa a jugadores que el hincha cuestiona todos los domingos y en relegar a la suplencia a Edson Puch por notarlo "ido".
A pesar que lo tilden de tozudo, al trasandino lo avalan los números. Terminó la fase regular segundo, a 3 puntos de la mejor UC de la década, y en los play off se ha observado lo mejor de su juego.Ya está en la final y su equipo es el más goleador del certamen. Por el momento, la apuesta revolucionaria de Azul Azul da resultado, puesto que las convicciones de Sampaoli van directo en busca de una nueva corona para la U.
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